Algunas de las necesidades especiales en niños que han tenido más incidencia últimamente y para las cuales el aprendizaje a través de la luz podría ser beneficioso incluyen:
1. Trastorno del Espectro Autista (TEA)
- Los niños con TEA pueden beneficiarse de estímulos visuales bien estructurados, ya que suelen responder mejor a la información visual que a la verbal.
- El uso de luces interactivas y colores puede ayudar en la regulación emocional y la atención.
2. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
- Los juegos de luces pueden captar y mantener la atención de estos niños, ayudándolos a enfocarse en tareas específicas.
- La iluminación adecuada puede reducir la sobreestimulación sensorial.
3. Discapacidad Visual (Baja Visión o Ceguera Parcial)
- Los contrastes de luz y sombra pueden mejorar la percepción de formas y objetos.
- Tecnologías como pantallas retroiluminadas o tableros de luz pueden facilitar la lectura y la escritura.
4. Discapacidad Intelectual
- La luz puede usarse para reforzar aprendizajes básicos, como la asociación de colores con objetos o acciones.
- Juegos interactivos con luces pueden estimular la motricidad y la cognición.
5. Dificultades Sensoriales o de Procesamiento Sensorial
- La terapia con luz puede ayudar a regular la respuesta sensorial en niños con hipersensibilidad o hiposensibilidad visual.
- Espacios con iluminación controlada pueden calmar y mejorar la concentración.
6. Epilepsia Fotosensible (con precaución)
- En algunos casos, ciertas formas de luz pueden ser útiles, pero es clave evitar estímulos visuales que puedan inducir crisis.